Ayer conversaba con mi terapeuta sobre un problema y una discusión que tuve hace un par de días y, antes de que le contara más de la historia me mostró un recorte de periódico que copio a continuación y que me hizo pensar y reflexionar bastante:
Toda Wendy tiene su Peter Pan
ALGUNAS PERSONAS, POR MIEDO AL RECHAZO, AL ABANDONO Y A NO SENTIRSE QUERIDAS, PROCURAN COMPLACER EXAGERADAMENTE A LOS DEMÁS.
Peter es un niño eterno, no quiere crecer y evita todo tipo de responsabilidad. Pero si él puede llevar una vida así es porque existe una chica como Wendy, que se ocupa de todo lo que él evade, hace el trabajo por él, se desvive por contentarlo y disfruta sintiéndose indispensable.
Wendy puede ser muy buena, pero no deja crecer al muchacho. Esa es la figura que se presenta en el cuento de J. M. Barrie y que se repite a veces en la vida real: "La actitud y el comportamiento de Wendy pueden darse tanto dentro de la familia, en los roles de padre o madre sobreprotectores, como en las relaciones interpersonales, de pareja o con gente muy cercana", expresa el psicólogo Dante Jacobi.
Eso se ve claramente en el cuento, donde Wendy -que es una niña- se ocupa de Peter y de los niños perdidos de Nunca Jamás como una madre sobreprotectora. Cuando la pequeña decide volver a casa se despide de Peter diciéndole: "Te acordarás de cambiarte la ropa interior, ¿verdad Peter?"... "¿Y te tomarás la medicina?". Y los niños perdidos se acostumbran tanto a los cuidados de Wendy ,que terminan comentando entre ellos: "No la dejaremos marchar", "hagámosla prisionera", "eso es, atémosla".
TERAPIA ANTI-WENDY
Esto, que no está registrado como una patología clínica, se conoce como el síndrome de Wendy y requiere tratamiento psicológico. La persona que lo padece necesita sentirse aceptada y respaldada, porque teme el rechazo o incluso que nadie la necesite. Se siente segura solo cuando es útil, cuando hace cosas por los demás.
La terapia, en opinión de la psicóloga Liliana Seperak, debe apuntar a inspirar valentía al paciente para que asuma sus propios riesgos, sus éxitos y sus fracasos, porque no tiene sentido esconderse detrás de los demás. El proceso terapéutico implica tomar conciencia, conocer la forma en que se establecen las relaciones socialesy las ganancias que se obtienen de este tipo de comportamiento.
Jacobi agrega que la terapia pasa porque la persona reconozca sus miedos y aprenda a superarlos, que procure desarrollar su propio lugar y espacio, que aprenda a ser flexible y tolerante, pero no permisiva con su pareja, hijos y entorno familiar. Asimismo, deberá desarrollar mayor confianza y autoestima, equilibrio emocional y un justo balance en la relación.
PROYECTOS PROPIOS
Pero, por supuesto, la actitud de Wendy no es exclusiva de las mujeres, los hombres también pueden comportarse de ese modo. Lo importante es tratar de que cada persona viva sus propias metas, trabaje por los proyectos que la apasionan y no se contente únicamente con aplaudir los éxitos de los demás.
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Candidato a Wendy
¿Sabe usted qué tipo de personas podrían tener el síndrome de Wendy? La psicóloga Liliana Seperak nos las describe:
- Personas que buscan hacer líderes a los demás, están centradas en lo que el otro puede hacer y no en lo que ellas puedan hacer como líderes de un propio proyecto.
- Buscan el reconocimiento, pero como agradecimiento, no como líderes de un proyecto exitoso.
- Detrás de su conducta está el pensamiento: "Lo logró gracias a mí". "Si yo no estuvera, nada de esto pudiera haber sido posible".
- Cuando la relación de codependencia se rompe, Wendy piensa: "Ya no me quiere. Obtuvo lo que quería de mí y ahora me hace a un lado". Son las eternas incomprendidas, usadas, maltratadas, etc.
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