jueves, 25 de julio de 2013

Un nuevo camino

Han pasado casi dos meses desde que escribí en este blog por última vez.  Ahora que lo escribo soy consciente de cuánto tiempo ha pasado.  Recuerdo estar escribiendo y leyendo sobre mi último post y todas las circunstancias que lo rodeaban como si fuera solo hace un par de semanas.  Pero son casi dos meses.  

En este tiempo han pasado toda una serie de cosas que, si me pongo a enumerar, explicar, narrar y contar, terminaría con un serio dolor en las manos de tanto tipear y creerían que son inventos macabros, ilusiones descabelladas, historias de algún libro o alguna película extraña (claro, para los que tienen determinados patrones de pensamiento y estructuras mentales).  He aprendido cosas, me he enterado de cosas, he vivido cosas, he visto cosas, he escuchado cosas.  He meditado, reflexionado, pensado, considerado, aceptado, rechazado, renegado, reído, llorado y muchas cosas más. 

Creo que me encuentro en un momento de mi vida donde he tomado ya un camino y he de seguirlo.  Es un camino que jamás creí pisar, pues nunca creí que existía.  Siento un poco de miedo, pero también la curiosidad de saber lo que viene es grande.  


jueves, 30 de mayo de 2013

El síndrome de Wendy


Ayer conversaba con mi terapeuta sobre un problema y una discusión que tuve hace un par de días y, antes  de que le contara más de la historia me mostró un recorte de periódico que copio a continuación y que me hizo pensar y reflexionar bastante:

Toda Wendy tiene su Peter Pan

ALGUNAS PERSONAS, POR MIEDO AL RECHAZO, AL ABANDONO Y A NO SENTIRSE QUERIDAS, PROCURAN COMPLACER EXAGERADAMENTE A LOS DEMÁS.

Peter es un niño eterno, no quiere crecer y evita todo tipo de responsabilidad.  Pero si él puede llevar una vida así es porque existe una chica como Wendy, que se ocupa de todo lo que él evade, hace el trabajo por él, se desvive por contentarlo y disfruta sintiéndose indispensable.
Wendy puede ser muy buena, pero no deja crecer al muchacho.  Esa es la figura que se presenta en el cuento de J. M. Barrie y que se repite a veces en la vida real: "La actitud y el comportamiento de Wendy pueden darse tanto dentro de la familia, en los roles de padre o madre sobreprotectores, como en las relaciones interpersonales, de pareja o con gente muy cercana", expresa el psicólogo Dante Jacobi.
Eso se ve claramente en el cuento, donde Wendy -que es una niña- se ocupa de Peter y de los niños perdidos de Nunca Jamás como una madre sobreprotectora.  Cuando la pequeña decide volver a casa se despide de Peter diciéndole: "Te acordarás de cambiarte la ropa interior, ¿verdad Peter?"... "¿Y te tomarás la medicina?".  Y los niños perdidos se acostumbran tanto a los cuidados de Wendy ,que terminan comentando entre ellos: "No la dejaremos marchar", "hagámosla prisionera", "eso es, atémosla".

TERAPIA ANTI-WENDY
Esto, que no está registrado como una patología clínica, se conoce como el síndrome de Wendy y requiere tratamiento psicológico.  La persona que lo padece necesita sentirse aceptada y respaldada, porque teme el rechazo o incluso que nadie la necesite.  Se siente segura solo cuando es útil, cuando hace cosas por los demás. 
La terapia, en opinión de la psicóloga Liliana Seperak, debe apuntar a inspirar valentía al paciente para que asuma sus propios riesgos, sus éxitos y sus fracasos, porque no tiene sentido esconderse detrás de los demás.  El proceso terapéutico implica tomar conciencia, conocer la forma en que se establecen las relaciones socialesy las ganancias que se obtienen de este tipo de comportamiento. 
Jacobi agrega que la terapia pasa porque la persona reconozca sus miedos y aprenda a superarlos, que procure desarrollar su propio lugar y espacio, que aprenda a ser flexible y tolerante, pero no permisiva con su pareja, hijos y entorno familiar.  Asimismo, deberá desarrollar mayor confianza y autoestima, equilibrio emocional y un justo balance en la relación.

PROYECTOS PROPIOS
Pero, por supuesto, la actitud de Wendy no es exclusiva de las mujeres, los hombres también pueden comportarse de ese modo.  Lo importante es tratar de que cada persona viva sus propias metas, trabaje por los proyectos que la apasionan y no se contente únicamente con aplaudir los éxitos de los demás. 
---

Candidato a Wendy

¿Sabe usted qué tipo de personas podrían tener el síndrome de Wendy? La psicóloga Liliana Seperak nos las describe:

  • Personas que buscan hacer líderes a los demás, están centradas en lo que el otro puede hacer y no en lo que ellas puedan hacer como líderes de un propio proyecto.
  • Buscan el reconocimiento, pero como agradecimiento, no como líderes de un proyecto exitoso.
  • Detrás de su conducta está el pensamiento: "Lo logró gracias a mí".  "Si yo no estuvera, nada de esto pudiera haber sido posible".
  • Cuando la relación de codependencia se rompe, Wendy piensa: "Ya no me quiere.  Obtuvo lo que quería de mí y ahora me hace a un lado".  Son las eternas incomprendidas, usadas, maltratadas, etc. 

------------------------------------- Fin del artículo -----------------------------------------



domingo, 19 de mayo de 2013

Escri...

Me gusta escribir. Corrección: me encanta escribir.  Siento que lo llevo en la sangre.  Es algo que nace desde el fondo de mi corazón y me ataca en los momentos menos esperados.  

Hoy pensaba, mientras estaba en el baño con mi café y mi pucho: ¿por qué tengo que escribir cuando estoy deprimida?  Si tengo el talento, supuestamente y según algunos, debo escribir sin importar si me inspiro en la pena o depresión, o si me inspiro en un buen día.

Tengo mucho por contar de mí, pero me cierro mucho.  Me cuesta abrirme... liberarme o desahogarme.  Hace mucho tiempo que no lo hago.  Hace unas semanas comencé un taller de introducción a la actuación en el TUC y me di cuenta de muchísimas cosas.  Una de ellas es que me he cerrado al mundo de tal manera que no logro conectarme con la gente que me rodea.  Me siento intimidada y hasta asustada.  Me resulta poco más que aterrador sentirme expuesta y hasta el intentar conectarme con alguna persona me siento invadida.

Al mismo tiempo jamás me sentí más liberada al correr descalza por todo el salón jugando a las chapadas, chapadas chicle, encantados y jugando en el espacio, creando danzas y sintiendo mi cuerpo.  Pero llegó el momento de exponerme y hacer... y expresarme frente a todos y me paralicé.  Me asusté y solo me fui a un rincón, evité llorar y aguanté hasta salir del aula.  

¿Por qué tengo tanto miedo a exponerme?  ¿Por qué tengo tanto miedo a conectarme con las personas?  Puedo liberarme frente a un teclado, un cuaderno o un libro, pero nada más. Resulta hasta frustrante.  Tengo tanto por decir y no puedo...

sábado, 16 de marzo de 2013

COMPLEMENTO


Todos somos la suma de dos partes.  No nos negamos.  Algunas veces nos ignoramos.  Algunas veces nos abrazamos.  Algunas veces nos odiamos. No nos queremos ver o morimos por vernos.  ¿Te importa verme?  No me interesa.  Yo me muestro tal como soy.  Si no tienes la mente para aceptarme: F**ck you!

Antecedentes

Esta es una continuación de mis blogs.  Pulgasenlosdedos y mi viaje, mi historia son capaces de contarte mi historia por pocos.  

¿Por qué esta continuación de blogs? Porque soy una tarada.  Ese es el resumen.  Primero perdí y olvidé por completo la contraseña de pulgas en los dedos.  Luego, por complacer a un chuchumeco que tuve por enamorado creé otro blog y, como soy una persona negada total a la tecnología, no pude entrar más al blog que estaba llevando.  Ya no pude ingresar entradas, así que aquí me tienes, presentándome ante ti con la cabeza hacia abajo, arrastrando una historia que ahorita pesa más que yo y espero ir descargando en las líneas de este blog.

1.- http://pulgasenlosdedos.blogspot.com/

2.- http://miviajemihistoria.blogspot.com/

A esta altura no sé si mi viaje será desafortunado.  Queda en ti decidirlo.  Por momentos siento que sí y por momentos que no.  Ahorita estoy pasando por un momento en que siento que no solo es desafortunado, sino que puede llegar a ser letal.  

No estoy siendo exagerada, te lo juro.  Simplemente deberías estar en mi cabeza para poder entenderlo.